La historia de Ribadesella: de los dinosaurios a la villa marinera

Hablar de Ribadesella es hablar de un lugar donde el tiempo ha dejado huellas imborrables: desde las pisadas de dinosaurios en sus acantilados hasta el trazado marinero de sus calles actuales. Esta villa asturiana no solo destaca por su paisaje entre mar y montaña, sino también por una historia fascinante que convierte cada rincón en un viaje al pasado.

Las huellas de los dinosaurios

Hace más de 150 millones de años, cuando el mar y la tierra se encontraban en constante transformación, los dinosaurios dejaron sus marcas en lo que hoy son los acantilados de la costa riosellana. Las icnitas —huellas fosilizadas— aún pueden admirarse en lugares como la playa de Tereñes, donde es posible imaginar el paso de estos gigantes prehistóricos. Estos vestigios convierten a Ribadesella en un punto clave dentro del Jurásico asturiano, atrayendo tanto a investigadores como a familias curiosas.

El arte paleolítico de Tito Bustillo

Miles de años después, serían los primeros Homo sapiens quienes llenarían de arte este territorio. La Cueva de Tito Bustillo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, guarda uno de los conjuntos de arte rupestre más impresionantes de Europa. Sus caballos, ciervos y figuras humanas pintadas hace más de 30.000 años nos conectan directamente con la vida simbólica de nuestros antepasados.

De villa medieval a puerto marinero

El origen de la villa como tal se remonta a la Edad Media. Fundada en el siglo XIII por Alfonso X el Sabio, Ribadesella se convirtió en un núcleo estratégico gracias a su puerto, punto clave para el comercio de la sal y la pesca. Sus calles del casco histórico aún conservan la esencia de aquella época, con plazas y palacetes que recuerdan la prosperidad que el mar trajo a estas tierras.

Ribadesella en la Edad Moderna y Contemporánea

Con el paso de los siglos, la villa siguió creciendo al ritmo del mar. El puerto pesquero se consolidó como motor económico, mientras que en el siglo XIX la llegada de veraneantes y el auge del turismo dieron un nuevo impulso a la localidad. La playa de Santa Marina, rodeada de elegantes casas indianas y palacetes modernistas, es el mejor ejemplo de esta época dorada.

Una villa con historia viva

Hoy, Ribadesella es un destino que une pasado y presente. Pasear por su casco antiguo, visitar la Cueva de Tito Bustillo o recorrer sus acantilados con huellas de dinosaurios es comprender que esta villa es mucho más que un lugar turístico: es un espacio donde la historia sigue latiendo entre el mar Cantábrico y los Picos de Europa.

Descubrir la historia de Ribadesella es vivir un viaje único que combina ciencia, arte y tradición marinera. Y lo mejor es que, desde nuestras casas rurales, podrás explorar todos estos tesoros a tu propio ritmo, regresando cada día al calor de un hogar entre mar y montaña.